A nadie se le ocurre morir porque si, salvo los suicidas, que entre los poetas se cuentan por mayorìa, la melancolìa y la tristeza, son motivos para los que deciden caminar hacia la muerte. Rosario Castellanos en un poema dice:
En cambio me enseñaron a llorar.
Pero el llanto es en mì un mecanismo descompuesto
y no lloro en la càmara mortuoria ni en la ocasiòn sublime
ni frente a la catàstrofe.
Lloro cuando se quema el arroz o cuando pierdo
el ùltimo recibo del impuesto predial.
("Autorretrato")
El abandono terrenal, se torna tràgico y melancòlico, queda grabado en epitafios sobre màrmol o cemento, o en lata occidada, datos bibliogràficos, con uno que otro sacrosanto pensamiento o en un "Aquì yace.......",
Al borde de los hechos violentos, que en este paìs ocasionan que estemos a diario en situaciones de morir prematuramente y fuera de vìsperas, nos queda repartir pesares y condolencias, fomentar la solidaridad y llorar porque a veces no se puede evitar. Recuerdo, recordamos, al vecino, al familiar, a nuestros muertos por todo lo que cabe en la memoria..........................Cristòbal Pacheco
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